Lo primero es identificar su problema. Saber su percepción de la situación, analizarla, investigar y ofrecerle una solución acorde a sus necesidades. Monitoreamos su estado actual y, mediante estrategias técnicas, de generación de información de calidad y de relaciones públicas, hacemos que su buena publicidad supere a la mala. Hay alguna información que se podemos eliminar de internet, pero cuando no es así, hacemos que el contenido negativo desaparezca de los primeros lugares en las búsquedas orgánicas. Recuerde “Si no sale en la primera página de Google, no existe”.
La gestión de la reputación en línea también incluye el manejo de crisis para rescatarle oportunamente en momentos complicados y asesoría para que su imagen perdure de manera eficaz. Lo importante en el manejo de la reputación es que tenga las herramientas y datos que le permitan mantener siempre el control de la situación. Y no menos importante: tener la información suficiente para prever cuando alguna mala noticia esté por correr y prepararse para contrarrestarla.